domingo, 10 de octubre de 2010

CENTRO DE ESTUDIOS PSICOPEDAGÓGICOS CEP - BOLIVIA: CLASES DE CANTO LÍRICO Y MELÓDICO

CENTRO DE ESTUDIOS PSICOPEDAGÓGICOS CEP - BOLIVIA: CLASES DE CANTO LÍRICO Y MELÓDICO: "La Productora 'Die Meistersigner' ofrece clases de Canto Lírico (opera, zarzuela, musicales) y Canto Melódico (baladas, folklore nacional e ..."

jueves, 2 de septiembre de 2010

La música y el desarrollo del lenguaje



La música es una herramienta que ayuda al buen desarrollo del lenguaje, porque mediante ella se pueden aprender nuevas palabras, tanto en su articulación, como en su buena acentuación. Por ejemplo en la educación inicial, mediante el canto, los niños aprenden nuevas palabras, nuevas frases, las cuales pueden ser articuladas en diferentes velocidades para mejorar su dicción, incluso se puede dar la posibilidad de que ellos utilicen sus palabras para crear canciones.

¿Y desde que momento apoya la música al desarrollo del lenguaje? Bueno la respuesta no es desde que entra al kínder o a la guardería, sino es desde que el infante tiene sus primeros encuentros con la música. “El niño oye la voz de su madre, y cuando éste ha nacido, la canción es un medio de comunicación y de familiarización con él. Al igual que conocemos la importancia de la palabra de la madre para desarrollar la futura actitud del niño hacia la lengua, pasa lo mismo con la música, la actitud del niño hacia ella será favorable si ha tenido experiencias musicales en la primera infancia”. (García, 2001: web) El niño antes de hablar comienza a cantar, sus primeros mensajes melódicos son a través de sus pequeños balbuceos y mediante ellos se expresa.

Un gran recurso musical es la ronda infantil, “las canciones tradicionales infantiles tienen un carácter que afirma tanto la identidad de los pueblos como la validez y pertinencia del lenguaje hablado, en nuestro caso el idioma español” (Aquino. 2003: p 21) Aquino claramente menciona que un canto puede reafirmar el lenguaje de cualquier idioma, tanto la sintáctica y semántica entran en funcionamiento al momento de entonar un canto, y esto sucede porque las letras de los cantos no son ilógicos.

Para explicar el anterior enunciado es necesario poner un ejemplo. “Los Dientes” es un canto infantil que enseña a los niños la importancia de lavarse los dientes, por medio de la letra los niños comprenden la importancia de lavarse los dientes. Es decir el enunciado “lavarse los dientes” en el sentido sintáctico está correctamente estructurado, ya que tenemos el verbo “lavarse” y el sujeto “los dientes”. En cuanto al nivel semántico, también logra tener un significado sin ambigüedades, como el “lavarse los dientes para no tener caries y tener sanos los dientes”. La canción por sí misma no menciona estas palabras, pero connota a este significado.

Canción “Los Dientes”

Lávate los dientes

No quiero mamá

Si no te los lavas

De dolerá

Ñam, ñam, ñam,

Que ricos estos dientes

Ñam, ñam ñam

Sucios mal olientes

Aqui me quedaré, comeré y descansaré

Dáme la escobilla que quiero limpiar,

De arriba hacia abajo los dientes sin cesar

Las muelas no me olvido de cepillar

Para estos bichos exterminar

Ñam, ñam, ñam,

Que feos estos dientes

Ñam, ñam, ñam,

Blancos relucientes

De aquí yo me iré

Y a otro niño buscaré

Lávate los dientes

Me lavo mamá

Para estos bichos exterminar.

La canción anterior fue un claro ejemplo para demostrar que “por medio del canto los niños aprenden a formar frases, a utilizar con propiedad las palabras y a comprender su significado, a disfrutar de la sencilla belleza poética de las rimas infantiles y a enriquecer su conocimientos acerca del mundo que les rodea.” (Aquino. 2003: p 21) No se debe olvidar que este conocimiento puede ser también de valores, normas y reglas, como el lavarse los dientes, que llega a ser un valor de higiene.

Se debe tener cuidado en escoger las rondas que se va a enseñar a los niños, porque algunas de ellas tienen malas acentuaciones, y este aspecto puede incidir a la mala pronunciación de las palabras de los niños. Otro aspecto, con al que se debe poner atención es a las canciones con letras ilógicas, las cuales no producen ningún significado. Si en este capítulo estamos justificando que la música puede ser un aporte al desarrollo del lenguaje, el docente musical debe tener cuidado en escoger el repertorio que va a enseñar, para que estas canciones lleven a la ampliación del lenguaje y no al mal aprendizaje u poco significativo de él.


Referencias Bibliobráficas

Aquino, Francisco (2003). Cantos para jugar 1(10ma Ed.). México D. F.: Trillas.

Referencias online

Gallego García, Cristina Isabel (2001). El canto en la educación infantil. Recuperado el 23 de Abril de 2010, disponible en http://www.filomusica.com/filo19/pucci.html


Foto. Curso Rojo de primera sección del Kínder Beata Plácida

domingo, 29 de agosto de 2010

La educación Musical Infantil

La enseñanza musical es un terreno en el cual los niños logran descubrir nuevos conocimientos, también adquieren la facilidad de desarrollarse integralmente. Para Vigotsky (1982), las actividades musicales como fenómeno lúdico presentan características interesantes que son necesarios destacar:
• La presencia de una situación o escenario imaginario, en la medida que existen roles o ejercicios de actividades vinculadas a contextos no presentes.
• La presencia de ciertas reglas de comportamiento que tienen un carácter social y cultural.

En el aula de música el niño puede potenciarse tanto cognitivamente como en descubrir sus facultades artísticas. “La experiencia sensorial que proporciona la música, enriquece la vida del niño y le otorga equilibrio emocional, psicofisiológico y social” (Sarget, 2003: p. 197) La música logra ser un instrumento integral para la formación del niño.

Los niños, cuando están expuestos a la enseñanza musical, logran adquirir ciertos conocimientos musicales, que son de acuerdo a su edad. En una ronda infantil ellos pueden percibir, descubrir y crear sonidos, ritmos y movimientos. La asimilación de pulso, acento, ritmo, altura, contorno, tonalidad e incluso intervalos se rigen a los procesos cognitivos por los que el niño pasa.

Sarget divide éstas etapas cognitivo – musicales en dos periodos, los cuales comprenden a niños de edades de 0 a 6 años. El primer periodo es el sensorio-motor, de 0 a 3 años, y el pre-operacional, de 3 a 6 años. “Desde los 18 meses, hasta la finalización del periodo educacional infantil, los niños internalizan sus esquemas sensorio motores (relacionados con la conducta) en forma de esquemas cognoscitivos”. (Morris: 1978: p. 70) Morris define el concepto de esquema como las acciones y conceptualizaciones empleadas por el individuo para adaptarse a cierto contexto. Según Piaget este desarrollo de esquemas es según el fenómeno fundamental del nivel lógico de las acciones de asimilación. Para Piaget la asimilación es “la integración de nuevos objetos o de nuevas situaciones y acontecimientos a esquemas anteriores” (Piattelli, 1983: p. 210). Por lo tanto el esquema de conocimientos va creciendo poco a poco gracias a la asimilación.

Esta idea de crecimiento de esquemas consiste en que en todos los recuerdos de las acciones anteriores guían a las acciones actuales, por ello “conforme se adquieren imágenes, experiencias y capacidad de retención memorística, el aprendizaje se vuelve más acumulativo y menos sometido a la percepción y experiencia inmediata, haciendo posible el razonamiento sistemático”. (Good y Brophy, 1985: p. 46). Es por esta razón que para comprender este tipo de desarrollo es necesario clasificar a las etapas del desarrollo cognitivo – musical.

Entre las clasificaciones mencionadas, la primera es la etapa sensorio - motor, que explica que los niños al nacer tienen la habilidad de entender el mundo por medio de sus sentidos y su motricidad. Sarget menciona que los niños comienzan a desarrollar habilidades como la categorización del sonido con estrecha relación de las imágenes, como ser las caras, animales y objetos.

Hasta los dos años, las destrezas musicales que adquiere el niño es el movimiento corporal acompañado de rondas musicales y su cuerpo se adapta a diferentes ritmos. Ya de los dos años para adelante, el niño utiliza sus diferentes partes del cuerpo para acompañar a la melodía infantil. Esto quiere decir que su psicomotricidad gruesa está más desarrollado. Se debe tomar en cuenta que las diferentes partes del cuerpo pueden emitir diferentes sonidos, y esta característica es la que divierte al niño. Esto significa que el infante ya percibe los colores del sonido. Como el niño ya va desarrollando su lenguaje, comienza a articular canciones en diferentes tonalidades. Estas vocalizaciones “se van ajustando a los movimientos melódicos de los modelos de canciones escuchadas en el entorno: giros ascendentes, descendentes, quebrados, unísonos, glisando, etc.” (Hargreaves, 2002: p. 93) El niño incluso puede cantar en diferentes intervalos que acompañen al canto infantil, claro que esta habilidad puede ser según el tipo de audición que haya desarrollado anteriormente. Finalmente en este periodo el niño utiliza las canciones infantiles como auxiliares de su juego.

La segunda esta es la pre-operacional que abarca a los niños desde los 3 hasta los 6 años. Sarget menciona que a partir de los tres años, los niños ya tienen una mejor coordinación corporal e incluso ya comienzan a manifestar sus primeros pasos de danza, por lo tanto su oído rítmico es más desarrollado. El pulso comienza a aparecer y el niño comienza a improvisar canciones. “Durante este periodo el niño es capaz de interpretar espontáneamente cantos basados en sus propios esquemas internos. En estas improvisaciones se asimilan elementos melódicos y rítmicos procedentes de canciones del entorno”. (Hargreaves, 2002: p. 86). El niño ya tiene una mayor amplitud en su percepción, tanto del ambiente donde se encuentra y de las canciones, y estas la mezcla para crear sus improvisaciones.

A partir de los 4 años aparece en los niños el juego simbólico. Barón Ferrero (1979: p. 16 y 17) menciona que el juego simbólico y de simulación representa la esencia del periodo de educación infantil; y la música, particularmente el canto y los juegos, representan una parte importante en los niños. Los cantos, en este sentido, tienen un centro tonal más definido y la retención de la melodía y de la letra es memorizada con facilidad. Los niños en esta etapa, llegan incluso a poner sus propias letras a diferentes canciones que ellos escuchan.

Finalmente desde los 5 hasta los 6 años, los niños ya tienen un mayor desarrollo en su psicomotricidad fina y gruesa, por lo tanto la capacidad de movimientos de su cuerpo es más complejo y pueden acompañar a melodías rítmicas de mayor velocidad. En esta edad pueden discriminar la altura de los sonidos, dentro de la melodía, e incluso su característica tímbrica. El canto es más afinado, mejor pronunciado y vocalizado con mayor velocidad; e incluso coordinan fácilmente las rondas infantiles con su expresión y movimiento corporal.

Es importante prestar atención a todas estas etapas de desarrollo, porque de esta manera se podrá potenciar, según las características de cada periodo y por medio de la educación musical, las facultades musicales en los niños.


Bibliografía


Barón Ferrero, o. (1979). Música para la educación preescolar. Zaragoza: Ed. Edelvives.

Good, T. L. y Brophy, J. E. (1985). Psicología educacional. México, D. F.: Ed. Interamericana.


Hargreaves, D. J. (2002). Música y desarrollo psicológico. Barcelona: Ed. Graó.


Morris, E. (1978). Bases psicológicas de la Educación. México D. F.: Ed. Interamericana.


Piattelli Palmarini, Massimo. (1983). Teorías del lenguaje. Teorías del aprendizaje: Esquemas de acción y de aprendizaje del lenguaje. Barcelona: Editorial Crítica.


Vigotsky, L. (1982). Pensamiento y Lenguaje. Buenos Aires: Ed. Fausto.


Webgrafía

Sarget Ros, María de los Ángeles (2003). La música en la educación infantil. Estrategias cognitivo-musicales. Recuperado el 19 de Marzo de 2010, disponible en http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=1032322