Es una gran responsabilidad, en la experiencia del docente de educación musical, trabajar con niños de 4 y 5 años, porque en estas edades ellos se encuentran en pleno desarrollo integral, esto sucede en el desarrollo de su lenguaje. Gottret menciona que en la etapa pre-operatoria (de 2 a 5 años de edad,) se desarrollan diversos comportamientos representativos como el lenguaje. (1998: p 50)Como apoyo a este desarrollo integral, los educadores musicales utilizan diferentes recursos, puesto que “la música contribuye al desarrollo del lenguaje, al favorecer el aprendizaje de palabras y frases nuevas” (Akawaios, 2010). Un primer recurso y muy utilizado es el canto, mediante diferentes rondas musicales el niño puede conocer lugares, nuevas palabras de su cultura o de otra. ¿Y porque los cantos pueden ser un recurso del aprendizaje del lenguaje? La respuesta es simple, ya que el niño desde que nace está expuesto a aprender por medio de los cantos. “La canción de cuna es la primera lección musical que el niño recibe y aprende. Pronto descubre que es capaz de balbucear sonidos que lo adormecen como el canto de mamá” (González, 1974: p 18)
El educador musical, presenciando este problema, debe proponer nuevas formas de apoyo al desarrollo del lenguaje de los infantes. En este sentido, siendo el canto un excelente recurso para el perfeccionamiento del lenguaje, debe ser utilizado de diferentes maneras, por ejemplo las historias musicales. Una historia musical puede ser capaz de “estimular la imaginación y fantasía de los niños. Si se plantean adecuadamente, también contribuyen a desarrollar la creatividad” (Aquino. 2003: p 19). Si por medio de una ronda infantil se puede formar frases, utilizando con propiedad las palabras y a comprender su significado, con una historia musicalizada se llegaría con una mayor nivel “ a disfrutar de la sencilla belleza poética de las rimas infantiles y a enriquecer su conocimientos acerca del mundo que les rodea.” (Aquino. 2003: p 21)
Los niños adquieren un conocimiento de nuevas palabras de manera significativa al momento de participar e introducirse a la historia musicalizada. Esto puedo afirmar porque en la experiencia que tuve en el Kinder Beata Plácida, al momento de enseñar una historia musicalizada que compuse, los niños aprendieron, sin dificultad, nuevas palabras que pertenecen al idioma aymara, ya que eran necesarias, según la historia, para acompañar y comunicarse con su amiguito Aruwiri.
Esta herramienta la utilicé para apoyar la vocalización y la dicción de las nuevas palabras, los niños tuvieron un buen porcentaje de participación. ¿Pero qué sucedería si en este proyecto aumentaríamos el nivel de participación en los niños? ¿Qué sucedería si el niño se convierte en compositor de estas historias musicales? El niño, tendría la oportunidad de ser quien cree y exprese historias de su vida cotidiana y éstas, siendo musicalizadas, le apoyarían a mejorar su dicción y vocalización, como dice Aquino ellos tendrían un entrenamiento auditivo que ayude a la fluidez de su expresión hablada y su buena dicción (2003: p 28), pero con su aporte creativo.
Es importante mencionar que la clase musical debe ser un espacio de creatividad indagación y participación, por lo tanto el educador musical tiene el deber de crear y fomentar este espacio para que el desarrollo del niño sea pleno e integral.
Bibliografía
Centro de Educación inicial los Akawaios. (n. d.) Educación inicial. Recuperado el 23 de Abril de 2010, de http://losakawaios/p1a/display.asp?file=/contenido/biblioteca/educ-inicial/musica
Gottret, Gustavo (1998). Teorías del Aprendizaje y Contexto. Guía para el docente de Institutos Normales superiores. La Paz….
González, María Elena. 1974. Didáctica de la Música. El niño. Buenos Aires: Kapelusz.
Guía Infantil. (n. d.). El aprendizaje. Recuperado el 23 de Abril de 2010, de http://www.guíainfantil.com/1097/ventanas-para-el-apredizaje.html